Marimberos que no tocan marimba

26 jun 2017

(Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas)

«—Eh, Don Francisco, óyeme, ven acá, chico... ¡bájate un momento!

Les hice señas, saludándolos. Me contestaron con gestos amistosos para que me acercara, y así lo hice, enrumbando el bote hacia un pequeño atracadero....

»Los dos hombres eran, para mí, desconocidos. Al verlos más de cerca, uno de ellos me pareció un joyero ambulante. Del cuello y las muñecas le colgaban joyas de oro, cadenas, brazaletes, pulseras, una costumbre poco común para alguien que venía de Chile, pero que en Miami se observaba con frecuencia....

»—Don Francisco, qué bueno conocerte, chico. ¿Por qué no almuerzas con nosotros? —me dijo el “joyero”, en tono muy cubano.

»—Encantado —respondí.

»—Chico, te vas a comer un plato típico nuestro.

»Nos acomodamos en una mesa ya dispuesta.... Me sirvieron un plato de carne frita, como una delgada hoja de papel, que llaman “bistec de palomilla”.... La carne fue servida con arroz y plátano frito, acompañada con una taza de frijoles negros....

»... Aprovechando el momento... les lancé la pregunta de siempre:

»—Ustedes ¿a qué se dedican?

»—Bueno... la verdad es que somos marimberos, tú sabes.

»—¡Aaahh, son marimberos!... ¡Qué bueno!

»Los hombres me miraron....

»—Sí, vamos a Cuba y regresamos al día siguiente.

»Me pareció raro que viajaran a Cuba a tocar marimba y regresaran a Miami al otro día.... pero... que sería simpático mostrar en mi programa a estos músicos que vivían junto al río tocando marimba, un instrumento tan divulgado en Centroamérica y el Caribe.... Al despedirme, les dije, pues, que no dejaran de ir a Sábado Gigante....

»Alrededor de una semana después, durante una reunión con Joaquín Blaya y otros ejecutivos... conté... que a veces arrendaba una lancha para distraerme y que me había encontrado con dos marimberos, a quienes había invitado al programa....

»... Iba a contar más detalles... cuando veo que Joaquín me mira... sorprendido.

»—Mario, ¿dónde te metiste? ¿Quién te dijo que los marimberos son los que tocan marimba? Los marimberos son otra cosa —dijo—; son traficantes de drogas.... Si [la policía te hubiera] visto con esa gente, te detienen y se acabó tu carrera....

»Los “marimberos” se habían confesado conmigo sin problema.... No supe cómo se llamaban, ni quiénes eran. Nunca más los vi. Tampoco sé si fueran alguna vez al canal.»1

¡Cuántos de los que sintonizaron Sábado Gigante durante sus cincuenta y tres años de existencia no se identificarán plenamente con Don Francisco en este relato de su autobiografía titulada Don Francisco entre la espada y la TV!  Es que a casi todos los que hemos vivido unos cuantos años nos ha pasado algo así de chistoso en que hemos hecho las veces de ingenuos. Pero una cosa es dejarnos engañar por una mentira que sólo tiene consecuencias temporales, y otra, por una mentira que tiene consecuencias eternas. Por eso es tan importante que tomemos muy en serio la advertencia de San Juan acerca de los líderes religiosos que procuran engañarnos: si no reconocen que Jesucristo, el Hijo de Dios, es el enviado de Dios Padre que vino al mundo en cuerpo humano, entonces no son de Dios. «Así distinguimos entre los hijos de Dios y los hijos del diablo —concluye el amado apóstol—: el que no practica la justicia no es hijo de Dios; ni tampoco lo es el que no ama a su hermano.»2


1 Mario Kreutzberger Blumenfeld, Don Francisco entre la espada y la TV (México, D.F.: Editorial Grijalbo, 2001), p. 109-11.
2 1Jn 2:22,26; 4:2
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