«No sé cómo querer a mis hijas»

27 jul 2013

En este mensaje tratamos el siguiente caso de una mujer que «descargó su conciencia» de manera anónima en nuestro sitio www.conciencia.net, autorizándonos a que la citáramos:

«Nunca tuve una familia como me hubiera gustado tenerla. Mi madre murió cuando yo era una niña, [y] ni siquiera me acuerdo de su cara. Mi padre nos dejó para que mi abuela nos cuidara. Aunque ella fue buena y nos crió, no nos dio el amor que se les da a [los] hijos....

»Tengo ahora dos niñas a las cuales no puedo amar como yo quisiera, ya que me atormenta todo mi pasado. Sé que está mal porque son mis hijas; [pero] no sé cómo quererlas, ya que nunca tuve el amor de una madre.»

Este es el consejo que le dio mi esposa:

«Estimada amiga:

»Lamento el dolor emocional que usted ha sufrido desde niña a causa de la muerte de su mamá. Todo niño necesita el amor de una madre, y comprendo que usted no lo recibió. Sin embargo, no podemos hacer nada para cambiar lo que le sucedió a usted. Lo que sí podemos cambiar es lo que le está sucediendo actualmente a sus hijas.

»Usted dice que, debido a su pasado, no puede amarlas a ellas como quisiera. ¡Claro que su pasado ha afectado su modo de ser, pero no tiene que determinar su conducta diaria! Ni tiene que arruinar la vida de sus hijas tal como ha arruinado su propia vida. No hay duda de que es más difícil para usted mostrar afecto, eso sí; pero ¿es imposible? ¡No, de ninguna manera!

»A usted le toca tomar una decisión.... ¿Va a escoger el camino fácil, que es seguir concentrándose en su propio dolor? ¿O va a determinar que sus dificultades la han hecho más fuerte, tanto como para concentrarse más bien en las necesidades de sus hijas? Es una decisión nada más, pero usted tiene la oportunidad de tomarla de nuevo, vez tras vez, cada mañana.

»No es difícil amar a los niños. Así que abrace a sus niñas con frecuencia. Por lo menos cuatro veces al día, dígales que las ama. Escúchelas. Léales algo de algún libro. Muestre interés en lo que a ellas les gusta. Asista a todas sus actividades escolares y deportivas.... Todo eso le transmite amor a un niño....

»Yo también tuve una niñez y adolescencia difíciles. Mi mamá estaba viva, pero estaba ebria gran parte del tiempo. Con su conducta me enseñó a mentir, a incumplir promesas, y a avergonzar, poner en peligro y descuidar a los demás. Por eso tomé la decisión de que jamás permitiría que mis hijos tuvieran semejante niñez. Determiné que me esforzaría al máximo por ser honrada, cumplir mis promesas, proteger a mis hijos e invertir tiempo valioso con ellos. En definitiva no fui una madre perfecta, y cometí muchos errores. Pero sé que hice lo mejor que pude.

»¡Esfuércese por hacer lo mejor que pueda cada día de su vida!

«Con afecto fraternal,

»Linda

El consejo completo, que por falta de espacio no pudimos incluir en esta edición, puede leerse con sólo pulsar el enlace que dice: «Caso 109» dentro del enlace en www.conciencia.net que dice: «Caso de la semana».

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